Bosch fabrica 4.000 millones de sensores MEMS

En apenas 19 años, Bosch ha sido capaz de fabricar 4.000 millones de sensores MEMS, un pequeño dispositivo que se utiliza para un sinfín de aplicaciones en los campos de la electrónica de automoción y de consumo. Nacidos en 1995, estos sensores de la marca alemana ya están disponibles en uno de cada dos smartphones, mientras que un vehículo moderno puede equipar hasta 50 de ellos.

En el campo de la automoción, los sensores MEMS miden la presión, la aceleración, los movimientos de rotación, de flujo de masa o el campo magnético terrestre. Una aplicación habitual es el sensor de velocidad de giro, que registra el movimiento de rotación del vehículo alrededor de su eje vertical y configura el corazón del Programa Electrónico de Estabilidad, el ESP. En el caso de los teléfonos móviles y tabletas, el sensor Bosch Sensortec sabe en que posición se está manejando y ajusta la orientación de la pantalla automáticamente.

Bosch es líder indiscutible a nivel mundial en la fabricación de estos componentes, como lo demuestran las cifras: sólo en 2013 salieron mil millones de unidades de la fábrica de semiconductores de Reutlingen (Alemania), lo que equivale a tres millones de unidades al día. "Bosch cuenta con más de 1.000 patentes registradas y solicitadas en el campo de la tecnología MEMS, lo que nos asegura mantenernos a la cabeza de nuestra capacidad de innovación", asegura Klaus Meder, presidente de la división Automotive Electronics de Bosch.

Los sensores MEMS pueden medir cada vez más magnitudes: a principios de 2014, Bosch Sensortec dio a conocer al mercado una primicia mundial en el campo de la tecnología de sensores: la unidad de sensor integrado BME280 que combina las funciones de un sensor depresión del aire, de humedad y de temperatura en una sola carcasa. Es capaz de determinar el grado de humedad en tan sólo un segundo.

La firma alemana quiere aprovechar estas tecnologías para avanzar en su proyecto el “internet de las cosas y de los servicios”, que pretende interconectar todos los dispositivos electrónicos, incluyendo el automóvil, a través de Internet. La marca estima que una de las claves del futuro crecimiento de las ventas de Bosch se centra en los productos y servicios con capacidad de interconexión.

Los sensores MEMS contienen unas estructuras muy finas de silicio que se desplazan una fracción de milésima de milímetro, en función del movimiento de la carcasa, provocando una alteración de sus propiedades eléctricas que pueden medirse y convertirse en flujo de datos. Las dimensiones son extraordinariamente pequeñas. Mientras que un cabello humano tiene un diámetro de 70 milésimas de milímetro (70 micrómetros), algunos componentes miden sólo cuatro micras; es decir, 17 veces menos que un cabello humano.