Conepa cree que el cambio de modelo en la Formación Profesional perjudica al taller

Tras la publicación en el BOE, del 23 de marzo, de la Reforma de la Formación Profesional para el Empleo, recogida en el Real Decreto Ley 4/2015, el Área de Formación de Conepa ha analizado su contenido para las asociaciones miembro. Según informa Nuria Álvarez, responsable del Departamento de Comunicación y Marketing, la Federación considera que “pagan justos por pecadores” en el acceso a las subvenciones, ya que “se ha priorizado la lucha contra el fraude frente otras consideraciones más centradas en el objetivo final de conseguir en España un sistema de formación profesional continua moderno y eficiente”.

“En el texto legal, el legislador intenta evitar que se cometan nuevos desmanes y lo hace quitando protagonismo a las organizaciones empresariales y sindicales, cuando la mayor parte de ellas, y, por supuesto, Conepa, ha actuado en el estricto marco de la legalidad y sometida a rigurosos controles en su tarea de facilitar cauces para la formación subvencionada a las empresas de su sector”, aseguran desde la Federación.

"Conepa ha actuado en el estricto marco de la legalidad y sometida a rigurosos controles en su tarea de facilitar cauces para la formación subvencionada a las empresas de su sector"

Por otro lado, la reforma establece que las organizaciones empresariales dejen de participar de manera directa en la gestión de los fondos y en la impartición de cursos subvencionados, quedando muy relegado su papel al plano teórico de la gobernanza del sistema, la planificación estratégica plurianual y el diseño de la formación, salvo que se constituyan como centros formativos. Conepa considera que “son los representantes de empresarios y trabajadores quienes mejor conocen las necesidades formativas de sus representados y quienes están en las mejores condiciones de liderar e impartir, de manera directa cuando es posible o a través de centros de formación cuando no lo es, una formación adaptada a las mismas por las particularidades de cada subsector de actividad”.

Para la Federación Española, son factores a tener en cuenta el tamaño medio de las empresas del sector (menos de tres empleados por empresa), la dispersión de los talleres de reparación y mantenimiento de vehículos por toda España, la complejidad técnica de las operaciones que atienden o la existencia de diferentes especialidades para hacerse una idea de lo que supone la planificación y realización de cursos para los profesionales repartidos por toda España. Conepa entiende que, con el nuevo sistema, “hay zonas de nuestro territorio donde prácticamente los talleres se quedarán sin posibilidades de formarse por falta de oferta”.

Desembolso económico por adelantado

Esta situación que describe Conepa se verá agravada, según explica Nuria Álvarez, “porque la nueva norma exige a las entidades/centros de formación que realicen por adelantado un desembolso económico importante, pues sólo tras un largo periodo de tiempo y una vez justificado en su totalidad el plan formativo (lo que a veces ocurre un año después de la impartición del curso) se recibirá el importe total de la subvención”.

Además, -continúa Álvarez- “el hecho de que los talleres (financiadores de este sistema con los fondos que aportan ellos mismos y sus trabajadores al sistema) deban organizar y/o impartir la formación con sus propios medios o mediante contratación directa si no dispone de ellos, puede suponer una enorme complicación burocrática para las pymes y micropymes del sector”.

"Las pymes y micropymes van a tener muchas dificultades para poder asumir inversiones en formación, fundamentales para un sector en cambio constante"

“No es fácil encontrar oferta de ciertos contenidos formativos más que a través de entidades representativas (asociaciones) o ámbito productivo (empresas proveedoras de componentes, equipos, tecnología, etc), que, por sus características o actividad principal, no pueden o no están interesadas en asumir la inversión que supone su adaptación para cumplir los requisitos de registro/acreditación como centro o entidad de formación”. Como consecuencia de todo ello, desde Conepa aseguran que las pymes y micropymes “van a tener muchas dificultades para poder asumir inversiones en formación, fundamentales para un sector en cambio constante, con lo que pueden verse abocadas al cierre”.

En la parte positiva de la reforma, la patronal valora la apertura al derecho individual a la formación de los trabajadores autónomos y la asignación de una cuenta personal de formación individual a todos los trabajadores, que reflejaría las acciones formativas realizadas a lo largo de la vida laboral.