La multinacional de recubrimientos presenta la evolución de su sistema patentado Fast Cure Low Energy (FCLE), que reduce significativamente el consumo energético sin renunciar a la productividad ni a la calidad del acabado.
Para fabricar un neumático nuevo se necesitan 1.950 litros de agua y sólo 878 litros para un neumático renovado, es decir se ahorra un 45% de agua, tal y como explican desde TNU.
Durante la fase de utilización, el neumático “todo sostenible” es aquel que es más seguro, más económico y más duradero, por lo que el compromiso de Michelin pasa por diseñar neumáticos que ofrezcan un rendimiento superior desde el primer hasta el último kilómetro de su vida útil.