El líquido de frenos se debe cambiar cada dos años
El líquido de frenos, igual que las pastillas o los discos, ejerce un papel fundamental en la seguridad del vehículo que todo profesional y usuario deben tener presente. Por este motivo los talleres deben realizar una profunda revisión de este fluido para asegurar un óptimo mantenimiento del sistema de frenos en el automóvil. Los fabicantes recomiendan la sustitución del líquido cada dos años, como acaba de recordar Mannol.
No en vano, su misión es la de transmitir correctamente, a través del circuito hidráulico, la fuerza ejercida sobre el pedal de freno a los pistones de las pinzas, que se encargan de enfrentar con fuerza los componentes de fricción del sistema.
Pese a tratarse de un circuito estanco, con el paso del tiempo y debido a los severos cambios de temperatura a los que se ve sometido, el sistema de frenado acaba absorbiendo humedad, que interfiere en el tacto y la fuerza de la frenada y produce oxidación y corrosión. Además, afecta negativamente en la sensación de seguridad del conductor, que necesita más metros para detener su vehículo.
Si no cambiamos el líquido de frenos cada dos años tenemos riesgo de...
- El sistema de frenado absorbe humedad, reduciendo su capacidad de funcionamiento correcto.
- Se produce oxidación y corrosión en el sistema de frenos.
- El pedal del freno parece esponjoso y se reduce la potencia de parada.
- Menor seguridad del conductor debido a la reducción de la potencia de parada del sistema de freno.
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