Artículo: "La clase media del taller"
Una de las lecturas de la pasada crisis y sus efectos que aún perviven en nosotros es lo debilitada que quedó la clase media. Constatar que toda una generación de personas iba a tener mucho más difícil vivir igual o mejor que sus padres. Una generación preparada y formada, pero con dificultades para desenvolverse en el mercado laboral y optar a una vivienda, a un buen coche, a sus momentos de ocio y a formar una familia.
Si hacemos una lectura de cómo ha afectado y está afectando la sucesión de crisis a la posventa, nos encontramos con que la clase media de los talleres también lo va a tener mucho más difícil. Los grandes negocios están muy preparados, digitalizados, tienen formación y desarrollan planes de negocio a partir de datos y análisis para saber orientar su negocio. Es decir, invierten luego tienen futuro.
Y, por su parte, los talleres pequeños pueden sobrevivir, al menos de momento, al haber un parque cada vez más envejecido. Faconauto, recientemente, alertó del crecimiento exponencial de la antigüedad del parque, que alcanza los 13,2 años. Así que no solo somos junto con Japón el país más envejecido del mundo, sino que con Grecia somos los que tenemos un parque en Europa con más canas. Y de estos vehículos pueden alimentarse estos talleres. ¿Garantía de futuro? Quizás escasas, máxime cuando avanzamos hacia una movilidad sin emisiones, pero de momento tiran y pueden subsistir.
EL RENTING COMO ALTERNATIVA
Sin embargo, la clase media está en un limbo. Tiene alternativas, como vincularse a una red para que le proporcione formación, orientación comercial y herramientas de trabajo y de negocio de una forma más accesible. Tiene margen de mejora, adoptando soluciones tecnológicas a sus procesos para aumentar su eficiencia, haciendo más con menos, pudiendo no solo recortar tiempo en sí al trabajo, sino reducir errores en la petición del recambio. Tiene la opción de introducirse en el renting, más fácil dentro de una red y adoptando la digitalización. Y es que este canal le garantiza un volumen de trabajo notable, en tanto son vehículos que se mueven más y hacen más kilómetros.
De hecho, el año pasado la posventa del renting cayó solo un 7%, frente al 19-20% de los concesionarios y talleres multimarca. Y fue precisamente porque, aun en pandemia, hicieron más kilómetros y los usuarios no escatimaron en visitas al taller, ya que están incluidas dentro de la cuota mensual y no les supone un coste extra para sus bolsillos.
Además, el renting puede ser una vía para terminar de volcarse en los vehículos híbridos y eléctricos; no en vano la rampa de lanzamiento de estos coches “eco” está siendo las flotas de empresa. Coches, por cierto, que luego pasan al mercado de VO y, por tanto, a los particulares.
A la clase media del taller no le beneficia el excesivo envejecimiento del parque ni tiene la dimensión de los grandes, que les permite hacer frente mejor a los vaivenes de la economía y a situaciones excepcionales como una pandemia. Debe, por tanto, evolucionar más que ningún otro si quiere tener un mañana. A ellos les va a costar más, como a las personas de la clase media les cuesta aún más labrarse su futuro profesional y familiar. A ellos habrá que cuidar más.
Twitter
Follow @posventaauto |
Facebook
|
LinkedIn
|