Al mismo tiempo, la red de talleres de Michelin considera que esta tendencia aumentará a medida que se recupere la movilidad y los conductores se encuentren con las averías habituales en estos episodios. Una de las principales averías está relacionada con la batería debido a las bajas temperaturas y a la inactividad durante varios días.
Otro problema que se pueden encontrar los conductores concierne al líquido refrigerante y la pérdida de propiedades anticongelantes, una operación que cuesta apenas 50 euros puede multiplicarse hasta, como mínimo, los 1.000 euros al causar una rotura del motor.
Asimismo, existen ciertos problemas derivados de circular con cadenas o con fundas. Si el conductor ha optado por las primeras, algunos elementos del coche como la transmisión y la suspensión se ven forzadas, por lo que se acelera su desgaste y puede a posteriori ocasionar problemas mecánicos que obliguen al paso por el taller.
Al margen de estas averías de componentes de alta rotación, no podemos olvidar el incremento de accidentes "de chapa" debido a las malas condiciones de la carretera. Se espera, por tanto, que la actividad de los talleres de carrocería se incremente en las próximas semanas, así como el trabajo de los expertos en lunas por la caída de árboles y ramas.
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