Por un lado, debemos congratularnos de que las matriculaciones se recuperasen en los últimos años, proporcionando savia nueva a un parque viejo que ya no está en edad de comunión, sino rozando la del pavo. Así, tenemos ahora seis millones de vehículos de hasta cinco años circulando por nuestras carreteras, un 50% más que los que había hace un lustro.
“Debemos congratularnos de que las matriculaciones se recuperasen en los últimos años, proporcionando savia nueva”
Es un buen dato, pero con el hándicap de la caducidad, porque la caída de las matriculaciones que se espera para 2020, al cortar la tendencia positiva, provocará que se vaya diluyendo esta franja del parque. Será, pues, un colchón para la posventa, pero no durará eternamente. O la crisis se solventa pronto o, si se alarga, los vehículos nuevos y jóvenes volverán a ser una excepción. Y en ellos está la rentabilidad del taller.
En contraposición, nos encontramos con un parque creciente en la franja de 15 a 20 años. Son vehículos que en un año se amortizan como un abono de transportes, pero en cambio no compartes espacio con nadie y la única distancia de seguridad que hay que guardar es con el coche de enfrente, no con otro usuario. Más madera para alimentar la antigüedad del parque.
MENOS EMPLEO, MENOS RENTA
Todo esto es consecuencia de la evolución del desempleo y de los niveles de renta. Las consecuencias de la pandemia pueden retrotraer el paro a niveles de comienzos de la década, desandando parte del camino iniciado con la recuperación económica de la crisis anterior y que se ha interrumpido abruptamente.
“Si se alarga la crisis, los vehículos nuevos y jóvenes volverán a ser una excepción”
Y esto tendrá consecuencias en la renta de los hogares. En 2011, aquellas familias con ingresos inferiores a 1.000 euros mensuales eran prácticamente uno de cada cuatro. Ese dato se redujo hasta el 17% en 2019, pero con la que está cayendo se corre el riesgo de volver a números de hace diez años.
Menos empleo, menos renta, menos movilidad (también por el teletrabajo). Esta ecuación es la que afronta un sector de la automoción que, a falta de ventas, debe centrar el tiro en la posventa. Por un lado, por el mencionado colchón de seis millones de coches nuevos o jóvenes en circulación. Por otro lado, porque ya de por sí es un área que contribuye más a la cuenta de resultados que la de venta.
DIGITALIZAR PROCESOS
Habrá que afinar pues las estrategias, no podemos estar en manos de una recuperación económica que no sabemos cuándo va a llegar, porque por mucho que tengamos una vacuna en próximos meses, las secuelas de esta crisis las arrastraremos por más tiempo. ¿Qué hacer al respecto? Más eficiencia a través de digitalizar procesos y más cercanía al cliente y con mayor orientación comercial son dos buenas, creo, propuestas. Pero que nadie se ponga en manos del azar. No sabéis lo difícil que es hacer pleno al 15 en la quiniela.
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