Además, la crisis también está reforzando la elección del automóvil privado frente al transporte público. Desde el inicio de la desescalada, se ha recuperado en España un 60% del uso del coche en todas las ciudades, mientras que el transporte público solo alcanza el 30% del uso habitual.
La tendencia no es un fenómeno exclusivo de nuestro país. En el pasado mes de marzo, la empresa especialista en investigación de mercados IPSOS hacía público su estudio sobre el impacto de la COVID-19 en la compra de coche nuevo en el mercado chino. El uso de coche privado en China creció un 32%, mientras que el uso del autobús o metro se desplomó un 36%. Así como la intención de compra ha crecido un 72% entre aquellos que no tenían coche, indicando el 77% de ellos que su motivación principal era reducir el riesgo de contagio.
En definitiva, los españoles optan por el el coche partícular en vez del transporte público para evitar el riesgo de contagio, al tiempo que empiezan a interesarse por la opción renting en vez de la adquisición del vehículo.
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